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Mostrando entradas de mayo, 2016

Siempre se vuelve

Cuando todo es la nada, y la nada es el todo. Cuando apenas existe un algo, y la meta es el modo. Cuando es difuso lo escrito y el alma se vuelve concreto. Cuando la brisa cae, y los pájaros se esconden del viento. Cuando todos corren y vos te enredas en el huracán. Cuando el abrazo se hace canción. Cuando es bueno, y cuando es malo. Cuando es verso y cuando es desorden. Cuando es poesía y cuando es amor. Cuando hay sueños y cuando despertas sin conocer. Cuando es realidad y cuando es fricción. Ahí, está todo. Siempre se vuelve.

Me dijo

Me dijo: "Te voy a hacer el amor"... Me sirvió una copa de vino, llenó la bañera 3/4, conocía la temperatura exacta cómo me gustaba el agua; me quitó la ropa y me ayudó a entrar... Me lavó el pelo, la espalda y los pies. Me llevó a la cama y mientras me secaba el pelo humedecía mi alma; me acostó boca abajo y comenzó a masajear mi espalda, no decía nada pero su suave respiración era lo más bonito que podía oír. No sé en qué momento me dormí. Pero cuando desperté en sus brazos, me dijo: "hay muchas maneras de hacer el amor". Respiré profundo, y lo besé.  Y esta vez lo hicimos como yo sabía, con el cuerpo. Ese amor salvaje que nace en la piel. Él sabe perfectamente cómo hacer el amor cada día, y es que para el amor no es necesario el encuentro físico, se puede hacer el amor de muchas maneras: con una caricia, una mirada, con una sonrisa cómplice, con un abrazo fuerte y sin decir nada, con un pecho amigo donde esconder las lágrimas. ¿Con una flor? No... ...

Ensueños

Cuando creo, sólo creo. Un sinfín de sueños y ensueños. Los planes, siempre fallan, pero aún así deseo intentarlos... con vos. Cuando todo va mal, cuando las piezas no hacen más que desencajar, ahí están tus brazos, para abrazarme de paz, mimarme el alma, acariciarla, y afirmar nuevamente que, una vez más, ahí vas a estar. Soñando. Siempre soñando. No creo que haya otra salida ante la oscuridad. Proyectando nuestros hijos, nuestros nietos, nuestra casa, las flores, los viaje, la bañera y el porche; el fútbol, los libros, las películas, las fotos, las sábanas del amor. Cuando todo no es más que oscuridad... ahí estan nuestros momentos, nuestras reliquias. No somos más que la suma de un par de resbalones, caídas y moretones, que hacen que cuando nos levantemos, nos miremos y, juntos, toquemos el cielo.

Viaje a tu abrazo

Me preparo para levantarme en vuelo. Siento la brisa, me envuelve, me tienta, me seduce. Me incita a esbozar sonrisa.  Siento sed. Calor. Alegría.  Y veo las nubes más cerca sin aún haber subido ni un centímetro del suelo. Y siento que llego.  Siento el algodón.  Uno a uno tus poros me envuelven. ¡Cuánto éxtasis! En un segundo crucé la atmósfera.  Y ya estoy acá.  Tengo vista panorámica de todo tu Universo.  Cierro los ojos.  Y lo demás es levitar.  Ya llegué.  A mi punto máximo de Paz, donde rodea aire puro, tibio, de esos que no se respiran en otro cielo.  Recuerdo donde estan mis pies.  Encima de los tuyos, rodilla a rodilla, codo a codo. Siento tu oído en mi pelo. Y de repente un beso me despierta.  Ya volví. Bajé. Feliz. Con otra cara. Como si hubiese recuperado mis energías en las estrellas. Absorbí la vibra más hermosa de los mundos.  Acá estoy. Ya puedo contar mi viaje a tu abrazo.