Pequeño párrafo a contra-reloj
"Vamos a contra-reloj, en el vaivén de unas olas que solo intentan hacernos peso contrario. Llegamos tarde a lo más importante y olvidamos los pequeños valores. Desvalorizamos. En lo cotidiano, en lo no cotidiano. Vivimos pendiente de lo que puede ser mejor, y lo que esta en nuestras manos lo despedazamos tanto, que hasta lo dejamos ir. Y cuando nos ocurre una pérdida cercana, cuando perdemos a alguien, cuando un ser querido muere, ahí nos damos cuenta del verdadero dolor. De la verdadera punzada que se siente cuando el corazón se contrae. Cuando perdemos a alguien nos damos cuenta que los enojos mínimos son los que queremos volver a tener: que se derrame el café en la camisa, enojarnos cuando alguien hace una mala maniobra en un auto, perder un colectivo y llegar cinco minutos más tarde a destino, que los fideos terminen pegados, o que la hija de puta de la profesora de matemáticas nos desapruebe.
Jamás podemos retroceder el tiempo. Y realmente nos damos cuenta de eso cuando perdemos. Cuando chocamos con la pared. Cuando cruzamos distraídos y apenas un pequeño trote nos salva la vida. Nos damos cuenta de lo que somos y a lo que pertenecemos cuando estamos a un segundo de rendirnos. De caer. De saltar al vacío para convertirnos en espuma. Espuma que, en algún u otro momento, será recuerdo."
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