Palabras robadas

Hoy te vengo a hablar de infierno a cielo,
de beso a consuelo,
de barco a vuelo,
de miedo a miedo.

Hoy me planto para hablarte
de alardes sin reproches,
de aturdidas pasiones,
de olvidos sin escalones.

Hoy me hundo en el valor de escribirte,
de escribir para un sin nombre;
evitando los asegurados desmayos
de un Don Juan que me enamora de todos sus lacayos.

Te escribo porque así soy,
así me gusta ser con vos,
soy lo que te muestro, transparente,
pero sólo cuando está tu voz.

Así que, hoy tomo coraje para pedirte,
que si vas a despedazar mi corazón,
es la hora exacta para que gires media vuelta
y te vayas para el otro vagón.

Si vas a romperme, te pido por favor,
que vuelques tu esplendor en otro corazón,
porque el mío no soportaría
ni un sólo agujero, y menos de tu amor.

Yo no pido chocolates, ni perfumes, ni rosas;
yo no quiero sueños con perdiz,
yo no te pido complacencias,
ni mucho menos demandas en San Valentín.

Sólo quiero pies descalzos,
almohadas tibias, miles de películas;
tiempo que se pierda en tus palabras,
razones que me impidan que me vaya.

Yo quiero que me quieras, así, tal cual,
con deseos sin apariencias;
yo quiero adaptarme al nuevo impuesto de amor,
porque me está gustando mirar al costado y saber que estás vos.

Sólo quiero el cielo en tu voz,
el amor en tu colchón,
el vuelo en tu cielo,
el amor después del amor.

Comentarios

Entradas populares de este blog

vidA A A

Márchate de mi vida

Auto-valorarse