Ahí viene...
Y ahí
viene...
Qué
histérica de mierda.
Me escucho y
me doy... no sé... ASCO. Eso, sí, asco.
Vomito
palabras sin piedad porque vienen a mí de una manera incesante. Me enredo, me
piso, me aplasto, todas las ideas vienen a mi paladar antes que yo termine de
decir la anterior, y de nuevo, y mi cerebro es una máquina que no puedo
programar su funcionamiento. Simplemente sucede. Quisiera hablar cuando él lo
necesita, o simplemente explicar lo que le pasa, o que mi boca pueda expulsar
lo que él tanto acumula… Pero no. Mi cuerpo está desencontrado. Simplemente
hace catarsis cada vez que sale. Qué se yo.
La cuestión es
que estas parado en mi vista, intentando comprender lo que mi cabeza loca
quiere transmitir. Y yo lloro de angustia y de sudor, y de contención y
repulsión, y de alivio porque al fin estoy hablando, pero no como yo desearía. Lloro
porque quiero que me sigas amando después de esta discusión porque simplemente
intento explicar lo inexplicable.
Estas ahí,
TE VEO. Te siento respirar. Veo como tu pecho se infla con aire de angustia. Como
el vaivén de tu cuerpo toma impulso para agitarse.
Y todo lo
que quiero es no llegar a un acuerdo.
Porque quiero
entender tus diferencias y que entiendas las mías. No quiero amoldarme, no
puedo ceder mi parte ni permitir que cedas la tuya.
Mi frente
suda energía porque a veces me exaspero de mí misma, y quiero que las cosas
sean tan imperfectas que me olvido que todos necesitamos un poco de perfección.
Mi vida
siempre fue trastabillar contra el sonido de la verdad, y acá estoy, trastabillando
contra mi verdad, que sos vos, y sólo vos, no lo que decís, ni tus actos, ni
tus huellas, ni tus errores, ni tus recuerdos, sólo vos, persona, tu esencia,
el aura que te envuelve, tu melodía. Por eso muchas veces te convertís en mi
fuente de error. Porque sos todo lo que está bien (robándote la frase, con
permiso), y yo no sé seguir lo que está bien. Esta en mi naturaleza. Hago lo
que puedo. Aunque me enorgullezco de mí misma por haberme curado de lo
imposible.
Por eso
quiero vivir esto, amo nuestras diferencias porque si fueses como yo, quizás no
te hubiese elegido, ni hubiese trastabillado, ni me hubiese dado cuenta de mi
don para elegir lo rebuscado. Hoy en día asumo mi cabeza tan difícil, tan
laberinto, tan psicológicamente jodida. Hoy en día te asumo, y por eso te
abrazo, con el amor mas fuerte que te tengo, con todo mi orgullo escondido bajo
la alfombra, que alberga tanta suciedad, tanta peste, sin lo cual hoy no
seríamos lo que somos.
Ya está,
amor. Vení. Mirame. Estoy aca. Dejame secarte las lágrimas. Estamos juntos.
Amaría saber las cosas concretas que te pasan, igual mas o menos me doy cuenta. Si algún día querés que te escuche alguien que no te conoce ni conoces, acá estoy. 2236227940.
ResponderEliminar