Palabras
De vez en cuando el paraíso se siente en las entrañas. No hace falta explorar el cielo para encontrarlo, simplemente acariciar el vientre y exponerlo al contacto puramente mágico del sentimiento, ese claro y fuerte sentimiento, que aparece cuando se emite una vocal, unida a una consonante, o a otra vocal, dependiendo el orden, dependiendo la sinapsis. Cuando dos letras se conectan e intercambian su sentido, y forman una palabra, ahí todo deja de ser vacío, todo cobra sentido, todo puede verse con luz y esa oscuridad tan honda y estrecha que habitaba en el planeta deja de existir, por un momento, mientras se pronuncia, o se lee, o se piensa. No hace falta que esté, puede ser tácita, puede ser un hilo de vida que se alarga a medida que se baila al son de la prosodia, o de la conciencia, o de la inconsciencia. La palabra define al hecho y el hecho a la palabra. Son paralelos, y a veces unen sus manos para fortalecer su relación. Pero quizás su amor no es tan fuerte como el nuestro. Quizá...