Vi. Veo. Te veré
Te vi. Y me vi.
En un surco profundo de ilusiones y promesas rotas.
Te vi. Y me vi. Hurgando sueños estafados y falsas valentías, corajes perdidos, paneles de abejas que pican uno por uno los recovecos del insondable hábitat de tu amor.
Te vi. Y me vi. Intentando parafrasear, tartamudeando, intentando llegar al punto que se me olvida. Intentando llegar al olvido. Con la contradicción en las piernas y tu voz que no decía nada.
Te vi. Y me vi. Me encontré. Me bastó un beso para embriagarme de la seguridad y decir "no". Y llorar, pero decir "no". Y patalear, y bailar, y volver a llorar, y seguir diciendo "no". Me bastó beber de tu cítrico alcohol para seguir diciendo "no".
Te vi. Y me vi, poniéndote un freno, poniendo un freno a mi vida. Pero frené de golpe. Y a vos también. Y ahora quedé en el centro espeso de la ruta, vacía, sin indicaciones, y un círculo abierto de cuatro caminos. Y no sé cuál tomar. Si el que estas vos y estoy bien; si el que no estas y eso me pone bien; si tomar el que no estas y me eso me pone mal; o si elegir el que estas, pero aun así tu presencia/ausencia me perturbe al punto de hacerme mal.
No se que hacer. Te vi, y me vi, hundida, pegada a un ancla de posiciones sin certezas. En el mar de las dudas y los rencores celosos baratos, discusiones por "x" y por "y". Te digo mi amor pero te odio.
Te vi. Pero a esta altura solamente te veo, y no me reflejas. Ya no siento el mismo brillo. Ni la pasión por reír. Ni las ganas de estar.
Te vi. Y te sigo viendo, en todos los segundos que pasan, y pasan, y siguen pasando. Y miro el reloj y te veo, y escribo y te veo, y me duermo y te veo.
Te vi. Y lo que más me atormenta y me asusta es que por más que intente, y reintente, y quiera seguir intentando y reintentando... No puedo dejar de verte.
En un surco profundo de ilusiones y promesas rotas.
Te vi. Y me vi. Hurgando sueños estafados y falsas valentías, corajes perdidos, paneles de abejas que pican uno por uno los recovecos del insondable hábitat de tu amor.
Te vi. Y me vi. Intentando parafrasear, tartamudeando, intentando llegar al punto que se me olvida. Intentando llegar al olvido. Con la contradicción en las piernas y tu voz que no decía nada.
Te vi. Y me vi. Me encontré. Me bastó un beso para embriagarme de la seguridad y decir "no". Y llorar, pero decir "no". Y patalear, y bailar, y volver a llorar, y seguir diciendo "no". Me bastó beber de tu cítrico alcohol para seguir diciendo "no".
Te vi. Y me vi, poniéndote un freno, poniendo un freno a mi vida. Pero frené de golpe. Y a vos también. Y ahora quedé en el centro espeso de la ruta, vacía, sin indicaciones, y un círculo abierto de cuatro caminos. Y no sé cuál tomar. Si el que estas vos y estoy bien; si el que no estas y eso me pone bien; si tomar el que no estas y me eso me pone mal; o si elegir el que estas, pero aun así tu presencia/ausencia me perturbe al punto de hacerme mal.
No se que hacer. Te vi, y me vi, hundida, pegada a un ancla de posiciones sin certezas. En el mar de las dudas y los rencores celosos baratos, discusiones por "x" y por "y". Te digo mi amor pero te odio.
Te vi. Pero a esta altura solamente te veo, y no me reflejas. Ya no siento el mismo brillo. Ni la pasión por reír. Ni las ganas de estar.
Te vi. Y te sigo viendo, en todos los segundos que pasan, y pasan, y siguen pasando. Y miro el reloj y te veo, y escribo y te veo, y me duermo y te veo.
Te vi. Y lo que más me atormenta y me asusta es que por más que intente, y reintente, y quiera seguir intentando y reintentando... No puedo dejar de verte.
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