Ideas
La siento. En un abrir y cerrar de ojos me toco el pecho y la siento moverse. Como si fuese una brisa; la idea, penetrante quiere asomar.
Cuando me levanto de la cama, ya me da indicios de que ese día va a aparecer. No sé como descifro su mensaje, pero ese día florece, mágicamente, como si tuviese vida propia.
Y espera el momento oportuno para salir. A veces tarda días, meses, años. Otras veces se inquieta, junta mucha información y pide que la escriba, en ese momento, no importa el contexto.
La mejor parte es cuando la siento elevarse, atravesando cada una de mis neuronas, como si estuviese en un colectivo paseando por mi sinapsis. Y cuando llega a destino, ahí, en el área de trabajo que controla mi imaginación, mi creatividad, sonrío, no importa mi pelo, si estoy en la calle o en el tren, si mi novio me captura o si camino mientras llueve, colapsa su afán y nace, esa idea, única e irrepetible, que completa un poco más mi colección.
Cuando me levanto de la cama, ya me da indicios de que ese día va a aparecer. No sé como descifro su mensaje, pero ese día florece, mágicamente, como si tuviese vida propia.
Y espera el momento oportuno para salir. A veces tarda días, meses, años. Otras veces se inquieta, junta mucha información y pide que la escriba, en ese momento, no importa el contexto.
La mejor parte es cuando la siento elevarse, atravesando cada una de mis neuronas, como si estuviese en un colectivo paseando por mi sinapsis. Y cuando llega a destino, ahí, en el área de trabajo que controla mi imaginación, mi creatividad, sonrío, no importa mi pelo, si estoy en la calle o en el tren, si mi novio me captura o si camino mientras llueve, colapsa su afán y nace, esa idea, única e irrepetible, que completa un poco más mi colección.
Comentarios
Publicar un comentario