Ancho de espadas
Llega la mitad del deseo cuando su brillo se poso en mi, sus ojos se lo ayudaron a que esa estrella me cantara así.
Ya no me olvido de lo que se olvidó, de lo que se olvidó.
Llegan noches interminables, con un deseo junto a una ilusión; terminé desterrado de su vida y la bajada muy pronto llegó.
Siempre recuerdo lo que no recordó, lo que no recordó.
Esa sonrisa su salvación, su ancho de espadas y mi perdición.
Esa sonrisa su salvación, su ancho de espadas y mi perdición.
Llegué al curar de mis ventosas cuando ese frío de calor me aulló, se pintaban las más hermosas pero tu juego pronto se secó.
Ya no me olvido de lo que se olvidó, de lo que se olvidó.
Sus manos poseían a mis huesos envueltos en un cuerpo al asador, sus ojos se lo ayudaron para que me ensuciara el corazón.
Siempre recuerdo lo que no recordó, lo que no recordó.
Esa sonrisa su salvación, su ancho de espadas y mi perdición.
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