Mírame a los ojos, seré lo que quieres

Muchas veces esquivo a los problemas, me atemorizo ante ellos e incluso me preparo por si los recibo.
A veces digo que hay que ser egoísta para poder estar bien con uno mismo y así ayudar a la otra persona, pero es una total mentira.
Estar con la mente en positivo es lo que me impulsa a seguir, aunque no dejo atrás mis pérdidas: todo lo que toco, se esfuma, se evapora, desaparece, se va y no vuelve.
Traigo bajas notas, estudio y me va mal; las noches de desvelo son constantes y no existe un motivo aparentemente serio por el cual tenga que escribir 50 textos que hablen de los sueños.
Amo sacar fotos, pero me inhiben las cámaras.
Me hago la muy madura con las historias de vida, pero a veces me quita esmero de mis fantasías con el papel.
Mi piel es fuerte, aunque no resiste a mis perfumes que pocas veces la gente me siente.
Fumo, me gusta tomar; me gusta la compañía y la soledad. Necesito mi tiempo conmigo misma, con la música, con mi familia y mi tiempo con vos.
No soy el mejor ejemplo de mujer, no soy el tipo de persona que tiene en claro las cosas futuras. Creo en lo que se puede concretar, quiero ser alguien el día de mañana, pero no me gustaría saber lo que pasará el día de mañana.
No soy quien te pueda cocinar una comida elaborada... Detesto ese rubro y no entiendo cómo la gente puede encontrar tranquilidad en un par de alimentos.
No soy quien te pueda acompañar a una presentación elegante, no soy quien pueda seguir tus pasos.
Soy una viciosa, aficionada, soy adolescente.
Pero aun así, en contra de todos mis principios que no generan discusiones, ni se sinceran... Aun así, prometo cambiar por vos, para vos, y con vos.
Te prometo ser todo lo que quieras que sea, te prometo viajar con vos en cada vuelo que me quieras llevar. Dejame ser parte de tu vida, deja que tus momentos más lindos griten mi nombre; dejame abrazarte mientras dormís, dejame decirte lo mucho que me importas.
¡Decime, por favor, que vos también lo podés intentar!