Irrefutable
Todo el día estuve buscando inspiración. Incluso cuando anocheció. Y jamás llegó. Imagino que todo se fue por las neuronas que llegaron a una gran conclusión. Hicieron como un auto-reportaje, una recapacitación, inconsciente pero al fin y al cabo, productiva. Me refiero a que a mi cabeza le bastó con leer un par de libros y revolver algunos cajones para darse cuenta que constantemente estaba a expensas del pasado, y de lo que él traía consigo. Rebuscadamente hurgaba por todos esos recovecos que pura y exclusivamente las más oscuras noches pudieron guardar en secreto. Y mi corazón... El corazón es el único órgano que puede funcionar, sólo. Todo puede estar muerto pero si el corazón sigue latiendo, la vida sigue ahí. Nunca creí en estos cuentos de sentimientos, pero aún así también concluí que ese poderoso músculo, cada vez que se contraía volvía al pasado, y a sus vivencias, y recuerdos, risas, llantos, pestes, condenas, y demás sustantivos que lo describen. Toda mi corta vida estuv...