Preciosa cobardía valiente
Te ví, fue mirarte y sonreír.
Un monumento de vacío,
agobiado de esplendor.
Qué preciosa Valentía,
¡No me sueltes, por favor!
Conocimos el vicio de un amor que nos desviste,
¡Mis palabras complementan tu placer!
Naufrago en tu camisa,
con tu eterna compañía;
y si me pierdo,
¿Qué más puedo hacer?
Qué preciosa Valentía.
No me sueltes, ¡por favor!
"Me sobra cobardía", dijiste,
(falacias de un buen actor).
Tatuadas tus melodías,
candombes de un buen seductor.
Admito que estoy lejos
de lograr un cielo para dos,
pero intento, con esmero,
traducirte mi escaso amor.
Amor desbordado,
indescriptible, apasionado;
impuesto de sudor
pago cuando esto con vos.
Sobran respuestas
y faltan preguntas.
Caravana de incógnitas,
¿Qué espero de vos?
Colmada de certezas,
anclada en tu mar de dudas,
recogiendo retazos
de oraciones que refutan.
Combinando tu pureza
con tu sentido de la desaparición,
intento encajar las piezas
de un rompecabezas sin ton ni son.
Estupefacta, enamorada,
me rindo ante vos,
creyendo que prefiero un momento,
antes que la nada sin vos.
Locura momentánea,
impulsiva, aniñada,
guardando en algún recoveco
tu espontánea mirada.
Y lloro de alegría,
¡Sí! Patética confesión,
cuando siento tu cuerpo sobre el mío,
encendiendo llamas de canción.
Canciones tristes,
canciones de amor,
envueltas con tu voz
resonando en mi interior.
¿Cómo puedo explicarte
lo que yo siento por vos?
¿Cómo logro que me entiendas
sin juzgar mi desesperación?
No quiero otros labios,
no quiero otra respiración,
no puedo ni imaginarme
otro cuerpo en mi colchón.
Pero resta conformarme,
y dejar fluir las olas,
que intrigadas, me preguntan,
qué esconde tu Luna.
Sigo esperando, te esperaré por siempre.
Diste un giro a mi corazón,
y te agradezco por ese hueco que lograste hacerme en vos.
Sigue inconcluso, sigue su curso,
camino andado de pisadas sin explicación.
Pero te quiero tanto, tanto, tanto,
que espero, y sólo espero, que algún día cruces mi temor.
Un monumento de vacío,
agobiado de esplendor.
Qué preciosa Valentía,
¡No me sueltes, por favor!
Conocimos el vicio de un amor que nos desviste,
¡Mis palabras complementan tu placer!
Naufrago en tu camisa,
con tu eterna compañía;
y si me pierdo,
¿Qué más puedo hacer?
Qué preciosa Valentía.
No me sueltes, ¡por favor!
"Me sobra cobardía", dijiste,
(falacias de un buen actor).
Tatuadas tus melodías,
candombes de un buen seductor.
Admito que estoy lejos
de lograr un cielo para dos,
pero intento, con esmero,
traducirte mi escaso amor.
Amor desbordado,
indescriptible, apasionado;
impuesto de sudor
pago cuando esto con vos.
Sobran respuestas
y faltan preguntas.
Caravana de incógnitas,
¿Qué espero de vos?
Colmada de certezas,
anclada en tu mar de dudas,
recogiendo retazos
de oraciones que refutan.
Combinando tu pureza
con tu sentido de la desaparición,
intento encajar las piezas
de un rompecabezas sin ton ni son.
Estupefacta, enamorada,
me rindo ante vos,
creyendo que prefiero un momento,
antes que la nada sin vos.
Locura momentánea,
impulsiva, aniñada,
guardando en algún recoveco
tu espontánea mirada.
Y lloro de alegría,
¡Sí! Patética confesión,
cuando siento tu cuerpo sobre el mío,
encendiendo llamas de canción.
Canciones tristes,
canciones de amor,
envueltas con tu voz
resonando en mi interior.
¿Cómo puedo explicarte
lo que yo siento por vos?
¿Cómo logro que me entiendas
sin juzgar mi desesperación?
No quiero otros labios,
no quiero otra respiración,
no puedo ni imaginarme
otro cuerpo en mi colchón.
Pero resta conformarme,
y dejar fluir las olas,
que intrigadas, me preguntan,
qué esconde tu Luna.
Sigo esperando, te esperaré por siempre.
Diste un giro a mi corazón,
y te agradezco por ese hueco que lograste hacerme en vos.
Sigue inconcluso, sigue su curso,
camino andado de pisadas sin explicación.
Pero te quiero tanto, tanto, tanto,
que espero, y sólo espero, que algún día cruces mi temor.
Comentarios
Publicar un comentario