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Mostrando entradas de noviembre, 2012

Escasez de concordancia

Creí que ese momento era eterno, entre tus ojos y un par de besos. Moribunda se veía mi imagen, vos me acompañabas, como en un juego de rescate. Me mirabas, pero yo no entendía muy bien la situación; tiempo después comprendí que ese momento era apenas el comienzo del show. Caminamos en zig-zag, cruzamos calles y veredas. Nada se comparaba con mirar al lado tuyo las estrellas. Fría era la noche pero no nos importó, aunque el temor y el olvido quedaron en ese lado del paredón. Era una mezcla de ideas, enroscadas y directas. Y el viento traía esperanzas para que no pase el momento. Intentando caminar llegamos a destino, era especial el estado en el que estaban mis oídos. Sólo te escuchaban a vos. Mucha música salió de nosotros, sólo nuestros cuerpos podían escucharla porque se quebraba en el tiempo. Y lo recordamos con gracia, se repitió y queremos que se repita, para que las ganas de tocarnos no sean una excusa vana. Verte aunque sea un rato, es lo que anhelo, y así poder...

el fin que nunca debió ser comienzO

Si la suerte me ayudó, o no, fue porque la confianza íntegra no la deposité en vos. Si hice bien, o hice mal, eso quizás el tiempo lo dirá. Me cuesta hacer rimas, sobre todo cuando escucho el recuerdo de cómo desabrochabas tu camisa. Es hora de un repaso de mi vida completa; ya que escribo pensando, que la gente lo entienda y que sea eterna la idea de no volver a ser presa de un par de piernas. Cuando soplamos las velitas de los 15, creemos que el mundo se abre ante nosotros, que es un ida y vuelta de sorpresas, que solo existe la risa y no el llanto. Cuando papá nos abraza en ese momento, el mundo se desmorona, y pensamos que sólo sus brazos son la salvación a esa gran burbuja que nos enrosca. Vemos a nuestras amigas y creemos que nada es más pleno que eso, hasta que nos damos cuenta de cuán grande es el calor de un beso. Y comienzan a entrar las aventuras locas, de mentiras y engaños, de patas muy cortas. Y creemos que la vida pasa sólo por eso, que nuestros padres son malo...

Gracias

La ruptura de las promesas hechas a uno mismo son las que más afectan al corazón. Prometí no ceder ante vos, y casi sin quererlo me mantuve firme. Aprendí a controlarme, vos me enseñaste a no caer en esas pequeñas tentaciones. Me enseñaste a dar besos sin fumar, a mirar por el balcón, a confiar en nuestros saberes. Por vos aprendí que más de una vez debemos aguantar las ganas de ser libres. Pero como dije antes, estoy estancada sin vos. Me acuerdo tan detalladamente algunas cosas, que pierdo noción sobre otras. Tan clara es la grabación que tenía tu mate, que ya no me acuerdo del tamaño de tu habitación. Son tan patentes las palabras que me incorporaste, que ya no recuerdo ni tu voz. Escucho tu silencio y recuerdo haberte gritado, pero ya no sé qué me dijiste exactamente la noche en que la ebriedad nos ganó. Es confuso, necesito abrazarte, tocarte, sentirte, vivirte. Pero a la vez no. No quiero otra vez la misma historia, no quiero repetir la nada misma que se pierde en el t...

Carta a mi primer amor

Ya no te tengo miedo. Mil veces intenté descifrar por qué te quiero y te necesito tanto. Otras tantas intenté dejarte de querer y necesitar. Pero nuestro vínculo, nuestra química, es incomprensible e indispensable. Fuiste mi primer amor, la primera vez que alguien me enamoró de la forma que vos lo hiciste, con tan sólo un poco de placer que duraba apenas unos minutos. Ese placer que recordaba cuando no tenía y ansiaba cada vez que te arrastrabas por el piso. Tu furor era una llamarada de esperanzas que encendía absolutamente todos mis pensamientos y sentimientos. Al principio tenía que verte a escondidas. Eras mucho mayor que yo, y nadie iba a poder entender el por qué de nuestra relación. Evitamos cualquier tipo de juzgamiento y lo supimos sobrellevar, pero aun así la conciencia pesaba más y muchas veces lamenté haberte conocido. El roce de tus labios, y tu cuerpo rubio, me daban ese calor interno que necesitaba para calmar mis catástrofes. Todavía recuerdo la primera vez q...

Hoy, vine hasta acá

A pensar, a reaccionar, a relajar, a despotricar, a decir estupideces, a olvidarme de olvidar, a recordar lo que vendrá, a arriesgar una y mil veces, a molestar, a ladrarte, a ser el preso de la celda stereo de tu alma, rincón eterno de las palabras; a ser idiota por naturaleza y caer siempre ante la vaga certeza de que en esta tierra todo se paga. A consumirme, a incendiarme, a reír sin preocuparme. Hoy vine hasta acá a tapar mi ingenuidad con un poco más que sal. Me quiero quedar a tocar, a manosear, a querer más que un nada más, a desnudarte una vida de veces; a hablar mal del que dirán, a ver temblar la seguridad, a ser distinto a lo que se parece, a terminar con el cuento más oscuro, a derribar los muros de mi mente, a ser un poco menos consciente  a fantasear, afilarme bien los dientes, a acabar con mis pensamientos decentes, asesinar a las verdades que mienten, a consumirme, a incendiarme, a reír sin preocuparme. Hoy vine hasta acá a tapar mi...