Escasez de concordancia


Creí que ese momento era eterno, entre tus ojos y un par de besos.
Moribunda se veía mi imagen, vos me acompañabas, como en un juego de rescate.
Me mirabas, pero yo no entendía muy bien la situación; tiempo después comprendí que ese momento era apenas el comienzo del show.
Caminamos en zig-zag, cruzamos calles y veredas. Nada se comparaba con mirar al lado tuyo las estrellas.
Fría era la noche pero no nos importó, aunque el temor y el olvido quedaron en ese lado del paredón.
Era una mezcla de ideas, enroscadas y directas.
Y el viento traía esperanzas para que no pase el momento.
Intentando caminar llegamos a destino, era especial el estado en el que estaban mis oídos.
Sólo te escuchaban a vos.
Mucha música salió de nosotros, sólo nuestros cuerpos podían escucharla porque se quebraba en el tiempo.
Y lo recordamos con gracia, se repitió y queremos que se repita, para que las ganas de tocarnos no sean una excusa vana.
Verte aunque sea un rato, es lo que anhelo, y así poder contarte lo mucho que te quiero.

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