el fin que nunca debió ser comienzO


Si la suerte me ayudó, o no, fue porque la confianza íntegra no la deposité en vos.
Si hice bien, o hice mal, eso quizás el tiempo lo dirá.
Me cuesta hacer rimas, sobre todo cuando escucho el recuerdo de cómo desabrochabas tu camisa.
Es hora de un repaso de mi vida completa; ya que escribo pensando, que la gente lo entienda y que sea eterna la idea de no volver a ser presa de un par de piernas.

Cuando soplamos las velitas de los 15, creemos que el mundo se abre ante nosotros, que es un ida y vuelta de sorpresas, que solo existe la risa y no el llanto.
Cuando papá nos abraza en ese momento, el mundo se desmorona, y pensamos que sólo sus brazos son la salvación a esa gran burbuja que nos enrosca.
Vemos a nuestras amigas y creemos que nada es más pleno que eso, hasta que nos damos cuenta de cuán grande es el calor de un beso.
Y comienzan a entrar las aventuras locas, de mentiras y engaños, de patas muy cortas.
Y creemos que la vida pasa sólo por eso, que nuestros padres son malos, que nuestros colegios en vano, que nunca nos enfermamos, que nuestros cuerpos están atados.
Y crecemos... Y maduramos... A costa de innecesarias pestes acechadas por amores desolados.
Y nos aterra la soledad.
Nos empiezan a gustar otras cosas, el humo de tabaco y el alcohol en la mano...
Sentimos el liderazgo pero todo es una farsa cuando el espejo se nos planta.
Volviendo al grano, creo que nos preparamos para lo que no va a venir; que vivimos descabelladamente las ocasiones que no deberían servir.
Y así me paso con vos, y con ella.
Viví pensando en lo mío y me cegué a costa de lo que no hace bien:
Por un lado, creí que nuestra amistad se afianzaba cada día más.
Lo universal nos quedaba chico.
La vida nos quitaba lo que no queríamos y nosotras, en pie, parecíamos entendernos sin confundirnos.
Ni siquiera entiendo cómo pasó, ni cuando pasó, ni si se pudo haber evitado. Sólo entiendo que las cosas suceden por algo. Y si ese algo fue relevante o no, hizo darme cuenta de la magia que no existió.
Tengo otras personas, aun mas sinceras y mejores que ella. Estoy feliz por no haberme separado nunca de las que hicieron que mi vida, hoy, brille en una luz eterna.
Por otra parte, creí haber amado. Creí haber sufrido, y creí haber llorado. Hasta que mis manos conocieron tus costados.
Millones de textos publicados sobre vos, son los que hoy releo con lágrimas. Me basta saber que la conformidad tuya fue un placer que a muchos engaña.
Te busqué y te encontré, fue el comienzo de un fin que había opacado mis días sin ver.
Fuiste una salvación, un mar de momentos, un par de palabras rotas, y sentimientos en juego.
Ese nombre perdurará por siempre, aquí y ahora, mañana y en otras rocas.
Puede que seas el que me haga caer por un tiempo más, o puede que intentes no descolocarme jamás.

Llegando un poco al fin, quiero encerrar estas palabras locas. No me costó tanto encastrarlas, un logro encajarlas sin demoras.
Puede que haya errores, puede que sean los peores; puede que nadie lo lea o que Sabina halague mi letra.
Es un flash de una foto, es una luz, un chispaso de viento. Voy a hacerlo más seguido, así no pasa solamente en sueños.
Esta es la conclusión de un cuento de nunca acabar, hasta muerta he de escribir, pues nadie me va a callar.
Intento cerrar una idea que no se como terminar. Espero que mi gran amor sea feliz con quien diga quererlo de verdad.
Porque seguramente muchas lo amaran, lo besaran, y lo tocaran. Pero él, de mi nombre, no se olvidará.
"Infinita es la ausencia y eterna la soledad". Así dice el fotograma del abismo, una bomba al mar...
Pero ya me voy por las ramas, y espero terminar pronto. Asuntos más lindos e importantes hoy son de mi antojo.
Tengo la consciencia limpia, apoyaré la cabeza tranquila. En un descanso eterno el clima se presenta para dormir, porque este pequeño relato pronuncia: C'est fini.

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