Gracias


La ruptura de las promesas hechas a uno mismo son las que más afectan al corazón.
Prometí no ceder ante vos, y casi sin quererlo me mantuve firme. Aprendí a controlarme, vos me enseñaste a no caer en esas
pequeñas tentaciones.
Me enseñaste a dar besos sin fumar, a mirar por el balcón, a confiar en nuestros saberes.
Por vos aprendí que más de una vez debemos aguantar las ganas de ser libres.
Pero como dije antes, estoy estancada sin vos.
Me acuerdo tan detalladamente algunas cosas, que pierdo noción sobre otras.
Tan clara es la grabación que tenía tu mate, que ya no me acuerdo del tamaño de tu habitación. Son tan patentes las palabras
que me incorporaste, que ya no recuerdo ni tu voz.
Escucho tu silencio y recuerdo haberte gritado, pero ya no sé qué me dijiste exactamente la noche en que la ebriedad nos ganó.
Es confuso, necesito abrazarte, tocarte, sentirte, vivirte. Pero a la vez no. No quiero otra vez la misma historia, no quiero repetir la nada misma que se pierde en el tiempo.
Gracias. Por todo lo que mencioné haber aprendido de vos y con vos. Gracias por no volver, por estar lejos de mi.

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