Él


Me gustaría hablar de él. Él, que frena mi mundo. Él, que saca mis peores costados, que hace que mi valor se pierda. Él, que tira mi cabeza por la ventana, y hace que solo queden mis peores ideas.
Él... que me pinta sonrisas cuando solo queda mi parte triste. Él, que nunca abandona su arte para alegrar. Que está en las mejores situaciones, y no se aleja de las peores. Que hace que el olvido sea más fácil de olvidar. Él, que gratis me guarda recuerdos bajo su cama, sabiendo que algún día él también va a ser recuerdo. No pide nada a cambio, simplemente lo hace.
Él, que quizás sin intensiones llena mi cuerpo de pasiones; me priva de las vergüenzas, me desnuda el alma ante el placer. Es más fuerte que el miedo que tarde o temprano debo afrontar, que siempre cobra mis cuentas pendientes. Ese miedo que se alimenta de mis sonrisas, y es más fuerte cada vez que las alegrías crecen. Pero él... él es más fuerte. Él toma mis momentos y los suelta cuando termino de llorar.
Él... que siente mi mano cuando no lo toco. Que me quita el pensamiento cuando menos lo espero. Que tiene el poder de alejarme de la realidad.
Él, que se jacta de sus creaciones hacia mí, que tienta al futuro y puede lograr que cuando llegue se vaya. Que necesita que el porvenir no sea basicamente un porvenir. Él, que desea pintar todas las paredes de mi cuerpo.
Él, que simplemente tiene valor para enfrentar todo lo que se le presente; que hasta me contagia y puedo enfrentarlo.
Él, que siempre está merodeando en las largas noches de sudor por pesadillas.
Él, que nunca me va a pedir que me borre de su cuenta.
Él... que llegó para quedarse.

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