Pudiste haberme salvado
Vos me dabas esa confianza para tirarme al precipicio creyendo que podía volar; vos me hacías volar. Me hacías sentir que tus manos eran la cura sobre cualquier mal. Me hacías creer que el único problema sin solución es morir. Me enseñaste mil maneras de ver. Me festejabas cada aventura sabiendo que vos ya las habías vivido todas. Vos me enseñaste que en la cama no existen las palabras. Me enseñaste a tocar, a sentir, a creer, a confiar, a arriesgar. Me enseñaste que para el amor no existe el tiempo, ni la edad, ni el lugar. Me demostraste que nada es imposible. Pudiste seguir siendo todo para mí, y yo todo para vos, pero te creías demasiado. Que solo vos tenías problemas, que sólo vos tenías miedo... vos, vos y nadie más que vos. Tuviste la oportunidad de valorarme, aunque con vos me siento un nadie. Siempre entre el sí y el no; nunca tomaste una desición. Me amabas pero no querías hacerme mal. ¿Quién puede seguir tus pasos? Sólo yo... Solamente yo podía entenderte, y sin embargo decidí saltar y caí. Pudiste haberme salvado